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La clase

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Platonidas's avatar
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Sobre la mesa descansaba un mapa del universo y diversos instrumentos para que la vista pudiese navegar a su gusto por el mar celestial durante la hermosa noche. La temblorosa luz de las velas se reflejaba en el cuerpo metálico de los objetos, iluminando un poco pobremente la sala. Las estanterías, repletas de libros, la alfombra mullida, los muebles, de madera de cedro, desgastados... todo daba un ambiente muy acogedor y familiar.

Como premio a su buena voluntad y disposición durante las primeras clases, el Poeta prometió a los hijos del león Lex y la sirena Leia darles una clase práctica de astronomía. El maestro vio en aquellos pequeños mentes y almas con un gran potencial, y no quiso que lo desaprovecharan. Una gran amistad entre os padres de las criaturas y él le movía en aquella pequeña pero no menos importante empresa.

Estaba acabando de ordenar, centrándose en las estanterías mientras esperaba. Cogió un libro cualquiera... un título sobre el arte del comercio. De sobras conocido por él, pues hubo de estudiarlo en más de un viaje durante su adolescencia, cuando su padre consideró que tenía edad para ir con él. La patria, aquella República marinera, tiraba mucho. Apretó aquella obra de estudiante en su pecho, como si estuviera abrazando a sus padres. Giró un momento la cabeza en dirección al escritorio. Hacía más de una semana que había recibido noticias familiares, y era menester contestar ya. El trabajo de palacio podía esperar.

Llamaron a la puerta. El Poeta dio la orden. Dejó el libro en su sitio. Un guardia abrió la puerta y se cuadró. Su visita había llegado. Tras de él, la pareja de amigos y el cuchicheo de las criaturas. El consejero real ordenó retirarse al soldado y pidió a su gente que pasase y se pusieran cómodos. Esbozó una sonrisa.

- Bienvenidos. Vuestra visita es grata- dijo el Poeta mientras caminaba hacia el escritorio.

Los niños corrieron hasta la mesa y comenzaron a curiosearlo todo, toqueteando el catalejo, el astrolabio, el cuadrante, la brújula y el kamal (instrumento que consiguió hacía relativamente pronto, al comprárselo a una embajada de hombres del desierto, provenientes de las tierras orientales), así como pasando sus ojos y manos por el mapa. El maestro no pudo evitar hacer una mueca de desagrado ante la inquietud de sus alumnos, aquellos objetos eran caros, pero se reprimió y sólo hizo una observación esbozando una sonrisa tierna. Al fin y al cabo, eran niños. "Queridos niños... todo tiene su tiempo. Tranquilidad ante todo, pequeños. Las estrellas tienen toda la noche para hablarnos.", dijo, mientras les acariciaba el cabello a cada uno. El bebé intentaba escaparse de los brazos de su madre. También quería curiosear con sus hermanos. El Poeta también pasó la mano por sus cabellos y preguntó si podía cogerlo. Leia se lo entregó amablemente. El maestro lo llevó hasta la mesa y se lo enseñó todo. "Pequeña estrella, esto es el puente que acerca a los mortales al cielo..."

Deneb, el pequeño de los trillizos, llevaba un cuaderno con sus deberes hechos. Quiso enseñarle al profesor el trabajo, preguntándoselo tímidamente. Mientras el hombre sacudía suavemente al bebé para sacarle una sonrisa, dirigió una mirada de ternura al niño y le dijo que no se preocupara por eso ahora. Los ejercicios podían esperar. Mientras, Regulus y su hermana, Mira, se peleaban por coger el cuadrante. Los padres riñeron a la pareja. El muchacho, no sin el orgullo leonino de su progenitor, dijo que quería que fuera él el primero en usarlo, y se obstinó en intentar imponerse. El Poeta puso orden. "Primero las damas, Regulus. Es menester ser educado y más abierto en cuanto a las ideas. No sólo en el comercio es necesario ser flexible. Y Mira, mirad de controlar vuestro ímpetu. Mandar está bien, pero un buen capitán no es el que se impone por la fuerza. Es el que sabe dar órdenes manteniendo un equilibrio."

- Me gustaría, amigos, que participáseis en la práctica. Es bello y estimulante descubrir los misterios del cielo. Muchas noches, para curar mi soledad, busco en las estrellas el valor del alma- dijo el Poeta.

La familia se marchó, agradecida, bien entrada la noche, cuando los niños cayeron rendidos. Todo el mundo se divirtió y aprendió un poco más. El Poeta aprovechó para darse un baño. Ser maestro era algo agotador, pero la risa infantil cerraba las heridas del sufrimiento. Había hecho bien en ofrecerse como tal. El bien a través de varias acciones.
El título completo es "La clase de astronomía", pero deviantart no me deja poner acentos.

Mi parte del art trade con :iconsandrider2901:, en que el Poeta (fav.me/d5jf3jz) da una clase a los hijos de Lex (OC de :iconvegt:) y de Leia (OC de sandri)... bueno, en verdad una práctica xD.

¡Espero que sea de tu agrado, Sandri! Hacía tiempo que no escribía algo tan largo en dA
Comments4
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Tay-Sokka's avatar
awww que macuu <3